
Cuando el amor se hace lejano, inaccesible, cuando duele hasta en el cuerpo, cuando las palabras no alcanzan para describir lo que se siente, cuando el alma se vacía y el corazón se rompe...cuando te pienso, cuando te necesito, cuando te amo.
¿Me oís?
Te lanzo gritos como flechas con la intención de apuntar allí donde sé que reside el alma capaz de absorver y distribuir a su placer el amor que te profeso.
¿Me ves?, aunque te encuentres lejos...¿me ves?
Te envío una mirada nublada de agua, de truenos y relámpagos, de nubes densas que van y vienen, una mirada que estalla en infinitas partículas de adoración.
¿Me sentís?
Con ojos cerrados estiro los brazos y siento tu piel, tus formas, mi tacto se hace sensible, dibujo tu contorno en el aire, te huelo, te escucho...
Mi alma se hace ave y te alcanza y te roza y te besa...se hace y deshace en caricias, revienta, rebosa, desborda y se queda allí, con vos, envolviéndote.