jueves, 28 de mayo de 2009

¿Desesperada?

¿Quién no se sintió desesperada alguna vez?.¿Cuántas mujeres conocemos, incluso nosotras mismas, que nos aferramos a un amor que ya no va para ningún lado?.
Dicen que nada dura para siempre pero cuando el amor toca a las puertas de nuestro corazón deseamos que perdure eternamente, ahora...¿qué hacemos cuando vemos que la relación se torna enfermiza, que nos lastima, que nos deja la autoestima en el subsuelo? y sin embargo nos sujetamos a él con uñas y dientes, con desesperación y no nos separan ni a hachazos.
Soy una mujer desesperada que ve la situación como si estuviese a millones de años luz de ella y no en el mismo ojo del huracán.
¿Será que no nos vamos a dar cuenta hasta que ya no sintamos más fuerzas para luchar y se nos doblen las rodillas por el peso del dolor?



La canción desesperada Pablo Neruda

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy. El río anuda al mar su lamento obstinado. Abandonado como los muelles en el alba. Es la hora de partir, oh abandonado! Sobre mi corazón llueven frías corolas. Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos! En ti se acumularon las guerras y los vuelos. De ti alzaron las alas los pájaros del canto. Todo te lo tragaste, como la lejanía. Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! Era la alegre hora del asalto y el beso. La hora del estupor que ardía como un faro.
(...)
Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí, a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto. Como un vaso albergaste la infinita ternura, y el infinito olvido te trizó como a un vaso. Era la negra, negra soledad de las islas, y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos. Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro. Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos! Mi deseo de ti fue el más terrible y corto, el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido. Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, aún los racimos arden picoteados de pájaros.
(...)
Oh, sentina de escombros, en ti todo caía, qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron! De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco. Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes. Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. Pálido buzo ciego, desventurado hondero, descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! Es la hora de partir, la dura y fría hora que la noche sujeta a todo horario. El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa. Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros. Abandonado como los muelles en el alba. Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos. Ah más allá de todo. Ah más allá de todo. Es la hora de partir. Oh abandonado!

1 comentario:

Navegante dijo...

Definitivamente precioso tu sitio, apasionado y muy femenino.
Voy a ponerte en mis enlaces, pero voto porque actives la opcion Seguidores.
Más besos.

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